jueves, 14 de marzo de 2019

Día Contra el Ciberacoso Escolar



¿A qué llamamos ciberbullying o ciberacoso escolar?
El daño intencional y repetido que lleva a cabo un menor o grupo de menores hacia otro menor mediante el uso de medios digitales.
  • Daño: la víctima sufre un deterioro de su autoestima y dignidad personal; esto daña su estatus social, provocándole un daño psicológico, estrés emocional y rechazo social.
  • Intencional: el comportamiento es deliberado, no accidental.
  • Repetido: no es un hecho aislado, se repite en el tiempo.
  • Medios digitales: el acoso se lleva a cabo a través de ordenadores, teléfonos, y otros medios digitales, lo que lo diferencia del acoso escolar. Muchas veces el inicio del ciberbullying es un acoso escolar (bullying).

No hay un perfil para sufrir ciberacoso escolar. Cualquiera puede ser víctima. Sin embargo muchos de los patrones se repiten.
En general, suele haber algo más de un tercio de casos de ciberbullying que tienen una historia de bullying anterior. Muchas de las víctimas que sufren acoso en la escuela, suelen sufrirlo también on line.
Asimismo, el ciberbullying puede ocurrir de forma separada del bullying. No tener amigos, una escasa red social, una baja autoestima, no ser capaz de defender los propios derechos y tener otros problemas asociados, niños con necesidades educativas especiales y/o el que manifiesta o al que se le supone determinada orientación o identidad sexuales distintas a la predominante en el grupo, han sido factores relacionados con ser víctima de ciberbullying.


Como profesores, se debe estar atentos a las señales que nos puedan alertar de que nuestro alumno está involucrado en un caso de acoso: tanto en el papel de víctima, como de acosador u observador.
¿Cómo puedo sospechar que un alumno de mi centro está siendo víctima de ciberacoso escolar?
Tanto en el bullying como en el ciberbullying existen signos que nos deben hacer pensar que algo está ocurriendo.
- Lo primero que notan los profesores es que el alumno tiene un cambio brusco en su comportamiento: se aísla de sus amigos habituales o se queda solo en el tiempo del recreo, deja de hacer actividades que antes eran importantes como actividades deportivas, suele estar en sitios donde haya adultos en los recreos. Se retrae y se muestra esquivo o retador junto a la aparición de cambios importantes en sus preferencias y actitudes, debe despertar todas las alarmas.
Ausencias repetidas a clase justificadas o injustificadas.
Bajo rendimiento escolar y dificultad para la concentración
- Afectación de la salud: la mayor parte de veces la víctima vive la situación sin decir nada generando un gran estrés psicológico. Cuando esto ocurre, llega un momento que el cuerpo responde con síntomas tensionales: dolor de cabeza, de barriga, mareos, cambios en el hábito intestinal, vómitos o insomnio, entre otros. Todos estos síntomas aparecen de forma brusca y sin causa aparente.
Cambios de humor inexplicables.
Cambios en el patrón de uso de las nuevas tecnologías: cese o aumento del tiempo que pasan con ellas, ocultación de las actividades que realizan en internet y si se les pregunta por ello se muestran esquivos o irritados, evitar conectarse a internet cuando están acompañados, ponerse nerviosos o tensos con sólo oir el sonido del teléfono.

¿Cómo puedo saber que un alumno de mi clase está acosando a otro por internet o es observador?
Detectar al acosador y al observador es mucho más difícil, porque los cambios pueden ser muy sutiles y más lentos. La mayor parte de casos se saben cuando la víctima cuenta lo que le ha pasado. Pero hay señales que nos pueden poner en alerta:
  • Irritabilidad que va cada vez a más.
  • Fracaso escolar.
  • Absentismo escolar.
  • Alteración del sueño.
  • Alteración de los horarios y cantidad de comida que ingieren. «No se apaga el teléfono móvil» nunca, ni por la noche.